El afiliado contrajo botulismo en 2015, tras haber ingerido porotos en conserva. Schmidt señaló que “se lo acompañó desde que se le detectó la enfermedad, y durante todo el proceso que lleva su recuperación. Como dice el presidente del Directorio Obrero, Fernando Cañete, Iosper trabaja permanentemente para brindar más y mejores servicios a los afiliados, y para cumplir con sus prestadores”.
El valor de la inversión
El funcionario se refirió a los números que invirtió la obra social en el afiliado, y destacó que, por la primera rehabilitación, hace tres años, pagó en la Clínica de Rehabilitación Romeo Center, de la localidad de Pilar, en Buenos Aires, la suma de 1.912.500 pesos. “Pero también, Iosper pagó en otros servicios 25.205,03 pesos y en reintegros por rehabilitación, 387.198,56 pesos, lo que hace un total de 2.324.903,56 pesos”.
Schmidt recordó que “el afiliado comenzó el tratamiento de rehabilitación neurológica en el Romeo Center, desde que se enfermó en 2015, hasta abril de 2016, y luego, ya en la provincia, la continuó en el Instituto Interdisciplinario de Rehabilitación SER. Ni bien se nos informó que esta persona padecía botulismo alimenticio, una enfermedad poco frecuente pero con una tasa de mortalidad alta que requiere de un diagnóstico precoz, la pronta administración de la antitoxina botulímica y la posterior rehabilitación interdisciplinaria, el Instituto comenzó su acompañamiento, que continúa hasta la fecha".
En tanto, Cañete aseguró que, “pese a la crítica situación económica del país, a la que la provincia no escapa, hoy tenemos cobertura en todo el país, para la obra social más importante de Entre Ríos, con trescientos mil afiliados”. Además, detalló que Iosper sostiene la defensa del sistema solidario de salud y otorga cada mes 100.000 órdenes de consulta, 130.000 prácticas médicas y 3.000 cirugías mensuales, “con la misma cobertura, dentro y fuera de la provincia, para el trabajador del escalafón más bajo y el funcionario de más alto rango”.